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Alimentos industriales: el cáncer está en el plato

Alimentos industriales: el cáncer está en el plato

  • 8 de febrero de 2019

Dos estudios recientes establecen una asociación entre el alto consumo de alimentos industriales altos en grasa, azúcar y sal con un aumento en el riesgo de varios tipos de cáncer.

Alrededor de la mitad de todas las calorías consumidas actualmente por la población provienen de alimentos ultraprocesados. Estos alimentos son procesados industrialmente, hechos con ingredientes de bajo coste (grasa, azúcar, sal, diversos aditivos) y organizados metódicamente para ser atractivos, de fácil acceso y almacenados durante largos períodos de tiempo.

Sin embargo, la mayor revolución en estos productos industriales ultraprocesados ​​ha sido concentrar mayor energía en estos alimentos, muchas veces más altos que en los alimentos naturales.

Bombas calóricas que favorecen las deficiencias nutricionales.

Una simple golosina, tragada en solo unos segundos, es una bomba de energía que puede contener más calorías que una comida completa, mientras que la comida rápida que se consume mientras se camina (a veces incluso en el coche) puede tener todas las necesidades calóricas de un día entero. Esta alta densidad calórica de los alimentos, combinada con su pobreza nutricional, es responsable de una de las grandes paradojas de la nutrición moderna: es posible comer demasiado para volverse obeso, a la vez que es deficiente en varios nutrientes esenciales.

El peligro de este tipo de alimentos se destaca por los resultados de dos estudios realizados en Europa y en Estados Unidos.

En el primero, los investigadores examinaron los hábitos alimentarios de 471.495 adultos que viven en 10 países europeos y determinaron la calidad de su dieta utilizando el sistema NutriScore. Este sistema asigna una letra de A a E a un alimento procesado (A es la mejor calidad y E la peor).

Teniendo en cuenta su alto contenido en buenos nutrientes (fibra, proteínas, frutas y verduras) y su bajo contenido de nutrientes para limitar (grasas saturadas, azúcares, sal).

Usando este puntaje, los investigadores pudieron observar que las personas que consumían la mayoría de los alimentos de calidad nutricional deficiente tenían un mayor riesgo de cáncer, especialmente los del estómago (aumento del 25%), tracto digestivo superior (21%), hígado (17%) y colon (11%). En general, el riesgo total de cáncer aumenta en un 7% entre aquellos que consumen la mayoría de los alimentos ultraprocesados ​​de baja calidad, lo que demuestra cuán dañinos pueden ser estos alimentos.

En el otro estudio, que siguió a 92.295 mujeres posmenopáusicas entre las edades de 50 y 79 años durante 15 años, los investigadores examinaron la relación entre la densidad de energía de la dieta y el riesgo de desarrollar uno de los 12 cánceres cuya incidencia aumenta con la obesidad (incluyendo mama, colorrectal, útero, riñón, vesícula biliar, esófago y páncreas).

Descubrieron que la densidad calórica se asociaba con un mayor riesgo de obesidad, con un IMC de 29 para aquellos cuyas dietas eran las más ricas en alimentos ricos en calorías, y que este sobrepeso se asociaba con un aumento paralelo de 10% del riesgo de desarrollar cualquiera de los cánceres relacionados con la obesidad.

Cocinar comidas con ingredientes naturales es la mejor manera de reducir los riesgos asociados con el consumo excesivo de alimentos industriales ultraprocesados.