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¿Qué es la sepsis o bacteriemia?

¿Qué es la sepsis o bacteriemia?

  • 2 de octubre de 2020

La sepsis es una infección generalizada causada por bacterias. Provoca una inflamación significativa. La enfermedad se conoce desde hace mucho tiempo, ya que el término septicemia fue acuñado en 1837 por un médico francés, Pierre Piorry. Actualmente, los infectólogos tienden a reemplazar el término sepsis por el de "bacteriemia asociada con sepsis" (bacteriemia que significa "circulación de bacterias en la sangre" y sepsis "respuesta inflamatoria generalizada, después de una infección grave". La palabra sepsis aún permanece ampliamente utilizado por el público en general y los médicos.

La bacteriemia se define por la presencia de bacterias en el torrente sanguíneo. Cuando su número es bajo, se eliminan gracias a las defensas del organismo, que es la situación más común. En este caso, la persona no presenta síntomas, pero a veces puede experimentar una leve fiebre o una leve fatiga transitoria. Cuando las bacterias son demasiado numerosas o las defensas inmunitarias de la persona están reducidas (por tratamiento, enfermedad, infección contra el VIH, por ejemplo, o inmunodeficiencia congénita), el organismo no es más capaz de eliminarlos, lo que puede provocar sepsis.

La sepsis es la reacción inflamatoria generalizada excesiva en respuesta a una infección grave.

El shock séptico (que también puede ocurrir con la sepsis) está relacionado con la liberación a la sangre de toxinas secretadas por ciertas bacterias.

Las causas de la sepsis

La liberación de bacterias en la sangre puede estar ligada a situaciones a veces triviales, como cepillarse los dientes, cuidados dentales o situaciones más raras como limpiar una herida, cambiar una sonda, cirugía o incluso una infección pulmonar, urinaria, osteoarticular, digestiva (en particular en las vías biliares), piel (heridas infectadas, abscesos o escaras) o endocarditis (infección de una válvula cardíaca patológica), etc.

El riesgo de sepsis aumenta por la presencia de un "cuerpo extraño" en el cuerpo, como una prótesis ósea o articular, una válvula cardíaca protésica, un catéter vascular, un catéter urinario o digestivo, un tubo de intubación traqueal (sonda que permite la entrada de aire en los bronquios).

Las bacterias que se acumulan en este material extraño o en un sitio infeccioso se liberan de forma episódica en el torrente sanguíneo.

Pueden estar implicadas todas las bacterias, incluidas aquellas que no son patógenas (es decir, que normalmente no provocan infección) y que el organismo suele portar en la piel, tracto respiratorio o tracto digestivo, por ejemplo.

Los hongos, como la cándida, pueden causar, aunque en raras ocasiones, una sepsis llamada fungemia, principalmente en personas con un sistema inmunológico debilitado.

Los riesgos de la sepsis

Las personas con sistemas inmunitarios debilitados corren un riesgo especial:

  • mujeres que acaban de dar a luz (la sepsis se llama fiebre puerperal) y recién nacidos. La sepsis es una de las principales causas de muerte al nacer en los países emergentes.
  • las personas mayores.
  • personas con enfermedades que disminuyen la inmunidad como diabetes, cirrosis, ciertos cánceres o hemopatías (cánceres de la sangre), VIH-SIDA, inmunodeficiencias congénitas.
  • medicamentos o tratamientos que puedan debilitar la inmunidad, como los corticosteroides, determinadas quimioterapia o bioterapia.
  • las personas hospitalizadas tienen riesgo de septicemia por gérmenes nosocomiales, a menudo resistentes a los antibióticos.

Factores de riesgo

  • inyecciones de drogas con equipo contaminado o sin desinfección de la piel
  • uso de prótesis osteoarticulares, sondas urinarias y digestivas, intubación, drenajes, catéteres.
  • enfermedad de las válvulas (enfermedades de las válvulas cardíacas) o prótesis de válvulas (prótesis de válvulas cardíacas).
  • infecciones de la piel forúnculos, escaras, quemaduras, heridas.
  • focos infecciosos dentales, sinusales, biliares, etc.
  • intervenciones quirúrgicas.

Los síntomas de la sepsis

La sepsis resulta en una infección generalizada, responsable de fiebre alta, pero a veces, por el contrario, una caída de la temperatura corporal (hipotermia), fatiga importante, a menudo asociada con frecuencia cardíaca y respiratoria acelerada. Se acompaña de escalofríos, sudoración, dolor abdominal, vómitos, diarrea e incluso confusión mental en personas mayores y jóvenes. La fiebre, los escalofríos y la sudoración a menudo ocurren en los brotes.

Otros signos varían según el sitio de la infección inicial y las complicaciones. La sepsis puede complicarse por un "choque séptico", con una caída de la presión arterial y una función deteriorada de varios órganos por falta de suministro de sangre. Cuando el suministro de oxígeno a la sangre es insuficiente, la piel se vuelve fría, moteada, cianótica (de tono azulado), especialmente en las extremidades.