La palilalia es cuando nos repetimos nuestras propias palabras, por lo general, aunque no siempre en voz baja.
La palilalia se considera un tic nervioso. Muchos niños desarrollan pequeños tics nerviosos que aparecen y luego desaparecen, como tartamudeos menores o contracciones oculares. Los niños que están bajo cierto estrés, como comenzar la escuela o un nuevo hermano mayor, o lograr un obstáculo en el desarrollo (andar en bicicleta, leer) suelen mostrar signos de palilalia. Una vez que el niño domina o se acostumbra a la situación, el tic desaparece.
Podemos pensar en esto como una expresión de ansiedad. Los adultos que recuerdan haber sufrido palilalia cuando eran niños dicen que solo estaban verificando si lo dijeron correctamente, o "organizándose" o "narrando" sus pensamientos. Algunos de ellos reconocen que todavía lo hacen un poco en sus cabezas, y que lo ven como una tendencia hacia el perfeccionismo.
La palilalia se ha asociado a un síntoma de ansiedad, el niño se está distrayendo de los sentimientos o pensamientos que le molestan. Algunas personas desarrollan una pequeña frase que les viene a la cabeza para "cambiar de tema" como "Ok, ¿qué más?" Si controla su propio flujo de pensamientos, este pequeño mecanismo de defensa consigue distraerlo de los pensamientos que podrían ponerlo ansioso.
En casos más graves, la palilalia se asocia a un trastorno neurológico como el autismo o Tourettes o TOC.
En cuanto al tratamiento, abordar la ansiedad es probablemente mucho más efectivo que comenzar con los fármacos. Al igual que otras formas de controlar la ansiedad, esto puede convertirse en un hábito, por lo que es mejor si puede abordar la causa desde la raíz.
Por último, Albert Einstein pasó un año alrededor de los seis años, donde se repetía todo lo que decía. Aparentemente, Palilalia es más común en niños que son muy inteligentes.