Un estudio muestra que los microbios intestinales en bebés sanos previenen la aparición de alergia a la leche de vaca cuando se trasplantan a ratones. Al identificar con mayor precisión las bacterias buenas en cuestión, sería posible desarrollar un tratamiento contra esta alergia a los alimentos u otro de los más comunes.
La alergia a la proteína de la leche de vaca es una alteración del sistema inmunológico, que se presenta con mayor frecuencia en bebés y niños. Causa síntomas digestivos (dolor abdominal, vómitos, diarrea), pero también respiratorio (nasal, tos, estornudos) y dermatológico (urticaria, eczema). ¿Y si es posible prevenirlo gracias a una microbiota intestinal de buena calidad? Este último se caracteriza por todos los microorganismos (bacterias, virus, parásitos, hongos no patógenos) que viven en el intestino delgado y en el colon. El desafío de este descubrimiento es importante porque esta alergia es la más extendida en los niños.
La hipótesis fue lanzada por investigadores de la Universidad de Chicago como resultado de estudios en ratones. Dicen que los bebés sanos tienen bacterias intestinales que impiden el desarrollo de esta alergia alimentaria. Por lo tanto, cuando los microbios intestinales de bebés sanos se trasplantaron a ratones libres de gérmenes, los animales se protegieron de una reacción alérgica cuando se expusieron a la leche de vaca. En contraste, los microbios intestinales de los bebés alérgicos a la leche no brindan la misma protección: los ratones que recibieron estas bacterias tuvieron una reacción alérgica cuando se les dio leche de vaca.
La microbiota

El estudio también identificó una especie bacteriana específica, Anaerostipes caccae, que parece proteger contra las reacciones alérgicas a los alimentos. "Definimos una relación de causa y efecto y mostramos que la microbiota puede determinar si se está en riesgo de alergia". Explica la profesora Cathryn Nagler, autora principal del estudio. Los investigadores trasplantaron microbios intestinales de ocho bebés, incluidos cuatro pacientes alérgicos a la leche de vaca, a ratones a través de muestras de heces. Resulta que los ratones que recibieron bacterias de bebés alérgicos sufrieron anafilaxis, una reacción alérgica, cuando se expusieron por primera vez a la leche de vaca.
Los que recibieron bacterias saludables, por otro lado, parecían estar completamente protegidos y no experimentaron una reacción alérgica. "Estos resultados demuestran el papel crítico de la microbiota intestinal en el desarrollo de la alergia alimentaria y sugieren firmemente que la modulación de las comunidades bacterianas es relevante para detener la carga de enfermedades que se deben", agregaron los investigadores. "Estos datos allanan el camino para intervenciones innovadoras para su prevención y tratamiento. En particular, estudiando más de cerca esta bacteria Anaerostipes caccae, con el objetivo de desarrollar un medicamento para prevenir o incluso revertir las alergias comunes a los alimentos.
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